La intervención en el área de Radiodiagnóstico del Hospital Clínico Universitario de Valencia parte de dos premisas: incorporar equipamiento médico de última generación y mejorar la manera en que se habita el espacio. En un entorno donde cada detalle influye en la percepción del paciente, el proyecto busca equilibrar precisión técnica y calidad ambiental.
La actuación forma parte del Plan INVEAT (Inversión en Equipos de Alta Tecnología Sanitaria), impulsado por la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública de la Generalitat Valenciana a través del Departamento de Salud Valencia Clínico-La Malvarrosa. El objetivo principal fue incorporar dos nuevas salas de resonancia magnética de alta gama, junto con sus salas de control, áreas de preparación, espacios técnicos anexos, consultas, zonas de espera y áreas de informes, completando una superficie total de más de 1.000 m².
La organización de los nuevos espacios responde a criterios de funcionalidad, pero también de cuidado. La luz natural, los materiales cálidos y la claridad en los recorridos ayudan a reducir la tensión propia del entorno hospitalario, generando una atmósfera más amable, silenciosa y ordenada. Se buscó una integración respetuosa con la infraestructura existente, sin interrumpir la actividad asistencial, reubicando servicios esenciales y optimizando los flujos internos.
La obra se ejecutó en fases para no interferir en la actividad diaria del hospital. En primer lugar, se trasladaron los servicios clave para mantener la continuidad asistencial; después, se abordaron los trabajos de demolición y desmontaje de los equipos existentes. Finalmente, se construyeron las nuevas áreas adaptadas a los requerimientos técnicos de los equipos suministrados por GE Healthcare. Cada decisión, desde la planificación hasta el diseño, estuvo orientada a mejorar la experiencia de quienes trabajan o se atienden aquí. Un entorno técnico, sí, pero pensado desde lo humano.
