Entre casi 10.000 proyectos de diseño y arquitectura presentados al prestigioso premio internacional IF Design, el estudio valenciano Lecoc Arquitectura, fundado en 2017 por Alicia Medrano y Fernando Pedrosa, ha recibido uno de los reconocimientos por su proyecto Oncopole L’Espoir, un hospital oncológico en Orán, Argelia, la única construcción en África y Oriente Medio que ha sido galardonada. El impacto positivo en el país, su diseño contemporáneo inspirado en la arquitectura tradicional mediterránea y sus criterios de sostenibilidad, han sido suficientes para reconocer el trabajo de estos arquitectos que ya cuentan en su trayectoria con otras clínicas y hospitales, además de otro tipo de proyectos, en España, África y Europa. Otro de sus proyectos, de hecho, la Clínica Cózar de Valencia, también ha quedado finalista en estos mismos premios. Para el jurado de los premios, “el proyecto Oncopole apela al encanto y la sabiduría arquitectónicos tradicionales de Argelia para acomodar un lugar dentro del paisaje de una ciudad mediterránea tan legendaria como Orán. Situado cerca de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Orán, en una parcela de geometría poligonal irregular. En la ciudad de Orán, y en general en Argelia, el acceso al diagnóstico y tratamiento oncológico es difícil. Este proyecto apuesta por la asistencia sanitaria, con el mejor equipamiento y equipo médico, de la más alta calidad para la atención del paciente oncológico”. Para conocer de cerca el proyecto ganador, hemos querido hablar en primera persona con sus protagonistas:
Arquitectura sanitaria
El diseño de un centro hospitalario o sanitario tiene unos requerimientos técnicos a la hora de abordar el diseño arquitectónico que, en este caso, desde Lecoc, han resuelto dando un equilibrio al conjunto, dominado por los tonos blancos y grises rotos y apostando por tratar de abrir los espacios lo máximo posible a la luz natural. “Todo está centrado en el confort para el paciente, su salud y su bienestar. Lo que queríamos transmitir es un espacio de serenidad y de calma. Es algo que tienen en común todos nuestros proyectos, también los residenciales, nosotros siempre ponemos a las personas el centro. En este caso, el juego con la iluminación es fundamental. Hay un patio central que ilumina todos los espacios del recorrido, incluso el sótano tiene entrada de iluminación natural. Es un espacio que cuando se recorre es agradable, es muy tranquilo”, nos cuentan. “Al final es intentar que la arquitectura también sea capaz de mejorar el estado anímico y de salud del paciente”.
Para los requerimientos técnicos, contaron con un equipo de profesionales para desarrollar todos los requisitos médicos, clínicos y tecnológicos. “Hay mucha diferencia en este tipo de proyectos en cuanto a lo técnico y funcional que tiene que cumplir un hospital, desde la organización del espacio, las circulaciones, flujos de personal y pacientes, planificación médica. Hay que pensar cómo funcionan esas estancias, a qué temperatura y qué grado de humedad deben de tener las salas. Por ejemplo, este centro lleva una tecnología de radiología y para ello se han diseñado salas de tacs y resonancias magnéticas que llevan unos requerimientos técnicos, hasta los búnqueres recubiertos por metros cúbicos de hormigón (paredes de más de dos metros de anchura) porque hay aparatos que desprenden radiación que tienen que estar controlados”, explican los arquitectos.
Una fachada con carácter y sostenibilidad
El proyecto rescata además la arquitectura tradicional de Argelia y de Orán, reinterpretando de manera contemporánea elementos como la musharabia, estableciendo un diálogo con el entorno y ofreciendo una solución para proteger al edificio del sol. “Esa fachada reinterpretada se basa en la cultura local y mediterránea pero con un material contemporáneo, un hormigón de altas prestaciones. Es un elemento del que hemos encontrado muchas referencias en Argelia, protegiendo tanto del sol como de la vista, generando intimidad”, nos cuentan.
Esta fachada también ha sido diseñada pensando en criterios de sostenibilidad y adaptando el edificio al clima de la región. “Orán tiene un clima muy parecido a Alicante, con muchas horas de sol y altas temperaturas en verano. Estudiamos por ello muy bien las orientaciones del emplazamiento y cómo protegerlo del soleamiento, sobre todo en las fachadas más problemáticas, las exteriores. La fachada es una doble piel, está ventilada. La piel exterior tiene una doble función, tanto estética como de protección solar”, explican. A nivel de instalaciones, contando con un equipo técnico, se diseñó todo para que todos los sistemas cumplan criterios de eficiencia energética. “A nivel de parámetros climáticos, hemos cuidado las fachadas; las cubiertas, que están protegidas con aislamientos de alta densidad; el acristalamiento, con bajos emisivos y control solar; la orientación, la ventilación cruzada, etc.”, nos explican. Desde el estudio son asociados Briaam, uno de los sellos de certificación de construcciones sostenibles, desde el que realizan también proyectos de edificios de consumo casi nulo.
Proyección internacional
Desde 2017, los dos socios de Lecoc, ambos arquitectos, realizan proyectos centrados en esta sostenibilidad poniendo el foco en las personas, respetando las raíces y la esencia de cada cultura: Valencia, Argel, Orán, Madrid, Mallorca o Berlín entre otras ubicaciones. Su proyecto estrella, este hospital en Orán, les ha dado proyección en Oriente Medio, no solo en Argelia, donde cuentan ya con tres hospitales. Estaremos atentos, porque nos anuncian próximos proyectos también en nuestro país.