Intervenir en un edificio con valor arquitectónico e historia siempre es un privilegio. El proyecto dialoga de una manera respetuosa con lo preexistente, resaltando y manteniendo cualidades espaciales y detalles del proyecto arquitectónico original. El objetivo es mantener la esencia y el alma de la vivienda. La percepción del espacio y sus sensaciones son las mismas que tenía la generación anterior, pero los usos se han liberado y democratizado, se han actualizado.

Los niños son los protagonistas del espacio. Muchas de las estancias están pensadas y adaptadas para ellos. Se liberan espacios como el comedor formal para el juego y el aprendizaje, planteando interesantes reflexiones sobre la jerarquía de los espacios y sus relaciones.  Los materiales naturales y cálidos envuelven de paz y serenidad el ambiente y proporcionan, junto con el tratamiento de la luz natural, equilibrio a todos los habitantes de la casa.